Ladislao Díaz Sánchez es uno de los propietarios de Recuperados Disanluz junto a su hermana, una empresa familiar con más de 40 años de historia y 18 empleados. Fundada por su padre, inicialmente se dedicó al reciclaje de chatarra y productos metálicos. Hace muchos años compraron una plegadora manual y una cizalla oscilante para comenzar a trabajar y cortar chapa. La compra de la primera prensa plegadora marcó el inicio del crecimiento: “Hoy en día nos dedicamos también a la venta de materiales de primera, tenemos 9 perfiladoras y hemos ido cambiando nuestras máquinas más obsoletas para evolucionar”, nos cuenta Ladislao. “Tenemos una máquina de corte por plasma, varias plegadoras, y un amplio y variado stock de material. Hemos comprado un láser que nos llegará dentro de 4 o 5 meses, y por eso necesitamos otra plegadora. Hemos venido a Gasparini para plegar ese tipo de piezas que proceden del láser, por la complejidad de muchos de los plegados, porque Gasparini nos da las soluciones de herramientas y maquinarias”.
Los clientes de Disanluz son en su mayoría pequeñas y medianas empresas que provienen de una gran variedad de sectores: agricultura, industria, construcción y particulares. La diversificación significa menos riesgo y un mejor margen, aunque eso signifique mayor gestión. Disanluz se centra en la informatización de la empresa, la creación de una oficina técnica y la formación de los operadores para controlar más fácilmente los flujos de producción.
El objetivo es mantener constante la calidad y la rapidez en las entregas, que siempre han sido sus puntos fuertes: “Esto nos permite tener buenas máquinas y hacer inversiones: nuestra empresa todos los años compra maquinaria”, explica Ladislao. “La expansión de la oferta es esencial para no permanecer atado a las fluctuaciones de un sector en particular. La empresa debe transformarse y evolucionar, aumentando la eficiencia y reduciendo los errores”.
La prensa plegadora X-Press Next de 165 toneladas y 3 metros de longitud es su primera máquina Gasparini. La prensa tiene un cuello de cisne de 500 mm, una carrera de 400 mm y una abertura de 600 mm. Para conectar cada vez más departamentos técnicos y de producción, la máquina ha sido equipada con el software offline Delem Profile-T 3D, para cargar directamente los programas de plegado en el CNC Delem DA-69T. El CNC está equipado con visualización 3D, asistencia remota Tele-Link, pedales inalámbricos y barra de herramientas LED: todas características que ayudan enormemente a los plegadores menos entrenados.
Incluso en España es difícil encontrar personal cualificado, como confirma Ladislao: “En el departamento técnico debemos facilitar el trabajo, y los fabricantes de maquinaria deben hacer una máquina que sea para todos. Hoy en día es difícil formar un plegador, por lo que la plegadora debe disponer de un control intuitivo con asistencia remota: una plegadora más avanzada ayuda incluso a los operarios más expertos y reduce el riesgo de errores. Pero sigue siendo una búsqueda difícil: necesitamos al menos 3 o 4 personas y no sabemos dónde vamos a encontrarlas”.
Disanluz es una empresa atípica, porque no tiene departamento de ventas. Los clientes llegan por el boca a boca, o son clientes establecidos desde hace años. Para superar la crisis, Disanluz adoptó una estrategia atrevida pero eficaz: “Cuando comenzaron los problemas, cerramos la cuenta de todos los clientes que no pagaban y renegociamos las formas de pago. Muchos clientes dejaron de comprar, y se fueron a otros proveedores. Las empresas que no cerraron el crédito se llevaron estas ventas, pero al final no las cobraron. La gente nos decía que estábamos locos: muchos clientes se pasaron a la competencia. Al final, nuestros propios clientes nos dieron la razón y nos dijeron que si hubieran hecho lo mismo con sus clientes, todavía tendrían la empresa”, Ladislao nos dice. Esta táctica ha permitido a Disanluz superar los difíciles años, crecer e invertir para seguir siendo competitivos.
Las inversiones en herramientas informáticas, que ayudan a la empresa a identificar las actividades no rentables, también han sido cruciales. También en este caso, Disanluz no teme a los cambios: “Hay que tener en cuenta todos los costes, incluso los menos evidentes. Cuando un producto deja de ser rentable y el mercado no reconoce un precio más alto, hay que abandonarlo y encontrar otra vía de negocio. Si el valor de un pedido no supera los costes de puesta en marcha y preparación, no aceptamos el pedido. Estos costes deben repercutirse en el cliente, aunque a menudo no lo entienda. Los sistemas informáticos ayudan a localizarlos, pero es esencial reducirlos al mínimo posible”.
Para aumentar la eficiencia de la producción y hacer frente a una base de clientes extremadamente fragmentada, Ladislao eligió el bombeado adaptativo de Gasparini combinado con el control de ángulo en tiempo real GPS4 para reducir las pruebas y conseguir inmediatamente la pieza correcta. El tope trasero de 5 ejes controlado por CNC (X-R-Z1-Z2-X6) permite un plegado fácil y preciso de piezas de trabajo con un borde asimétrico y pliegues cónicos de hasta 75°. Para aumentar aún más la flexibilidad de la máquina, también se ha añadido un trazador Laser Line para el plegado sin el uso del tope.
El amarre neumático superior AirSlide de Gasparini, sin tubos de aire a conectar, ha sido personalizado para las herramientas tipo Wila con adaptadores de 200 mm, y permite una fácil y rápida preparación de la máquina. El paquete ECO aumenta la velocidad de la plegadora, reduciendo el consumo gracias al inversor. El sistema de refrigeración del armario eléctrico garantiza una mayor fiabilidad incluso en climas muy calurosos.
Antonio Bayonas Arcas, ingeniero mecánico que siempre ha estado en el sector del metal, es el responsable del departamento técnico: “Compramos Gasparini por la calidad de sus plegadoras y por el servicio técnico. Debe existir una relación de confianza entre el productor y el comprador: la misma relación que queremos entre nosotros y nuestros clientes. Muchos trabajan con nosotros porque nuestra competencia muchas veces no los escucha. Por eso hemos venido a Gasparini y esperamos seguir muchos años con vosotros”.
Ladislao responde: “Por eso nos buscan los clientes: no por el precio sino por el servicio. Esto nos permite disponer de maquinaria de buena calidad y realizar inversiones cada año: lo que la empresa genera, tiene que quedarse en la empresa. Es difícil de pagar una máquina nueva con el trabajo que te va a salir: la paga el conjunto de las demás que ya están pagadas. Intentamos financiarla nosotros, para no tener exposición con los bancos. Nosotros no tenemos mucho personal pero tenemos muchas máquinas, y esto nos da mucha flexibilidad, porque nuestros operadores son polivalentes. Eso no nos obliga a coger mucho trabajo y bajar los precios: podemos manejar las cargas de trabajo, pero también podemos permitirnos de arrancar las máquinas sólo para pedidos con un margen suficiente”.